Friday, August 11, 2006

Paycheck (2004)

PAYCHECK


Director: John Woo.
Actores: Uma Thurman, Ben Affleck.

No escarmiento. Creo en la reinserción.

Aún recuerdo cuando hace unos años vi The Killer y Hard Boiled , dos peliculones hechos en Hong Kong con cuatro perras y mucho talento. El director, John Woo. Del que se decía que había inspirado a Tarantino, Coppola y Scorsese. Realmente uno podía ver la influencia, sobretodo en la ópera prima del Quentin, Reservoir Dogs , bañada por su estética, por su ética, y por ese inconfundible aroma a pistolas cruzadas y tiroteos orgiasticos.

Fueron estos directores los que llevaron a Woo a Hollywood, y todo empezó a ir de mal en peor. Yo no sé si este tipo tenía un negro en Hong Kong, o solo fue un golpe de suerte, porque sus primeros films en USA fueron los siguientes: Blanco Humano con Jean Claude Van Damme (sic), y Broken Arrow, alarma nuclear , con Travolta (recién recuperado para el cine y a punto de volver a decaer si no elige mejor) y un aun consciente Christian Slater (¿este chico debe haber muerto ya, no?).

Woo mantenía su estética, pero se olvidaba de su ética: tipos apuntándose el uno al otro, palomas volando, cámaras lentas a tutiplén, explosiones a saco detrás del protagonista, etc... Pero eran pelis sin alma, auténticas pelis de acción soft, superadas por realizadores norteamericanos con más garra (no nos engañermos, lo que ha hecho Michael Bay con Bd Boys II es la peli de acción más pura y dura de los últimos años, una descarga de adrenalina). Solo algo salvaba a Woo: su infantil maniqueismo. Sus pelis no tratan de ir más allá: buenos contra malos. El Bien contra el Mal. La Luz y las Sombras. El yin y el yan, las dos caras de una misma moneda.

Y apuntalándose en esa muleta, consiguió las que son hasta el momento sus dos mejores pelis en Hollywood (lo que no quiere decir que sean buenas). Cara a Cara (con Travolta de nuevo y un pasadísimo Nicholas Cage), y Misión imposible II , con Tom Cruise. La dualidad en estas pelis es lo principal, y de ese defecto hace su virtud. Incluso consigue algunos planos de belleza plástica (su constante uso de los espejos), que enseguida se ven mermados por una filosofía de estar por casa. Pero bueno, logran entretener a pesar de sus múltiples defectos (esa semana santa en la de Cruise, por ejemplo).

Pero John Woo se ha dado un golpe en la cabeza. O ha tenido un accidente. O se ha quedado ciego, como en la peli de Woody Allen.

Realiza (con Nicholas Cage ya muy lejos de Las Vegas, y de nuevo con Christian haceunasemanaquenomepico Slater) la horrorosa Windtalkers , peli sobre los indios americanos en la segunda guerra mundial, que está la primera en mi ránking de peores películas de guerra nunca vistas.

Y digo, bueno, ha sido un tropezón. Y voy a ver Paycheck . Porque está basado en un relato de Philip K. Dick, porque sale Uma Thurman, y porque igual se salva algo de la peli.

Señoras, señores:

Paycheck es, quizás, una de las peores películas que yo haya visto jamás.

Como apunté en la crítica de Infiltrado (una peli flojilla que parece una obra maestra al lado de esta), las constantes de PKD han sido siempre tres, muy interesante: Control, Identidad y Culpabilidad.

Esta premisa, a John Woo, le dura los diez primeros segundos del film. La historia es lo de menos, lo que importa es que lleguemos rápido a las escenas de acción, debe pensar Woo. Una premisa inicial acertada (la pérdida de la memoria voluntaria conduce a ser acusado de asesinato y a ser perseguido por policía y asesinos, con la ventaja que, oh, sorpresa, él mismo se ha mandado las herramientas imprescindibles para sobrevivir a cada situación) se pervierte hasta el punto en que a los siete minutos de proyección uno ya no sabe muy bien qué pretende corriendo de un lado para otro. Con la muerte en los talones , la peli de Hitchcock con Cary Grant, está permanentemente en la cabeza de un servidor, como un recuerdo sublimado, como una nostalgia del buen cine.

El guión resulta negasto, porque Woo lo quiere supeditar a la acción, y lo convierte en tan esquemático como prescindible. Da pena. Los personajes no son más que títeres que entran y salen de la pantalla sin criterio, sin ningún tipo de definición, planos y sosos. Se diría que todos los personajes de la peli son intercambiables. Si a uno le haces decir la frase de otro, no notarías la diferencia.

Y si aun Woo rodara bien las escenas de acción, pues al menos te reconfortarías, pero es que el estilo de Woo es patético. Se ha convertido en un realizador de telefilm, en un lamentable tipo que solo dice acción y corten, sin ponerle salsa al asunto. Los planos que antes molaban en Woo han desaparecido por completo, siendo sustituidos por una planificación tan llana como a veces ridícula.

Y sus señas de personalidad, su firma, ha caido en una autoparodia peligrosa, risible. La paloma que entra en una nave ultrasecreta antes del tiroteo final, hecha por ordenador, es de carcajada. Las pistolas cruzadas no tienen emoción. Los ralentís (que no abundan, raro en él) están más puestos, en planos en los que no aportan nada.

¡Si hasta Uma Thurman sale fea! Pero fea con ganas, eh! que te la encuentras en la calle de noche y cambias de cera. Y no tiene nada de química con su pareja, ese tal... ay, lo que he dicho...

Ben Affleck. Esto es lo peor. Lo peor de lo peor de lo peor. El lastre del film. El peor actor de la historia del cine. Incluso Steven Seagal tiene más garbo que el señorito Affleck, que parece sacado de un instituto de Oklahoma (un repetidor, claro), y al que le han enseñado que actuar es poner cara de oler mierda (Joey dixit en Friends ), en todas y cada una de las escenas. Este tio de es de risa. Qué digo de risa! De hostia, pero bien dada, con la mano abierta que duele y humilla más. En plena cara, a ver si espabila. Porque primeros planos no faltan en la película. Vaya si no hay. Prácticamente todo el metraje está lleno a petar del jeto de Affleck, que bien podría ser una repetición del mismo plano puesto en diferentes momentos. No podía evitar las carcajadas cada vez que este sujeto (que en su día me llegó incluso a caer bien) ponía cara de sufrimiento, de te quiero mucho, o de te voy a matar.

Junta todos estos elementos en una coctelera, y te sale una bebida que da asquito verla. Pero es que eso no es todo. Lo que al principio me indignaba (hubo gente que abandonó la sala), al final hasta llegó a ser hilarante. Un argumento con más lagunas y torpezas por segundo no puede existir. El guión se deshilacha por todos lados, no se aguanta más de tres minutos sin ser contradictorio. Y el diseño de la película (que incluso en la barata Infiltrado evocaba decentemente las otras adaptaciones de Dick) es de representación de final de curso de párvulos. O peor aún, de paso del ecuador. Que no me digan a mi que los malos, el ejército de villanos de una fábrica de hi-tech (sic) no son los esbirros del Doctor Maligno de Austin Powers. O que las escenas de riesgo máximo es ver a un Ben Affleck corriendo más que el Metro dentro de un túnel (esa escena es más propia de los Monty Python), o ser un experto piloto de motos (en escenas clavaditas a las de MI2 , pero peor); o, atención damas y caballeros, cuando le extraen los recuerdos, estos aparecen en una pantalla de video, en un monitor. Pues desde aquí puedo asegurar que Ben Affleck es como Aída de Gran Hermano: se ve a si mismo en tercera persona. Sus recuerdos son vistos desde fuera de él, ¡¡¡¡usan los mismo planos que han usado antes para mostrarnos esas escenas en la pantalla del cine!!!! Y es un fallo que se repite y se repite y se repite a lo largo del film, como la tontería de la explicación pseudocientífica que dan sobre cómo uno puede verse a sí mismo en el futuro.

Es demasiado. Pero el detalle final, el que me hizo contenerme las lágrimas en el cine, de la risotada que pegué, es el siguiente. Affleck y Thurman saltan justo a tiempo de esquivar una bala (sic) de una pasarela metálica, mientras todo el complejo (que parece sacado de una mala peli de Bond) va explotando porque ya se sabe que hasta los coches mal aparcados explotan en una peli de Woo. Al saltar, los dos se quedan agarrados a una especie de cortina de baño (lo juro, esa es la impresión que da), que cuelga del techo del vestíbulo (¿?). Cada uno en una cortina diferente, la que primero se rompe es la de la Uma Thurman (claro, como pesa mucho más que el Affleck...), y el machote WASP la agarra al vuelo como el Stallone de Máximo Riesgo y la sujeta para que no caiga. Affleck resiste como puede, mientras se suceden explosiones varias (no hay nada como trabajar en una empresa forrada de nitrógeno líquido), pero la cortina al final se da cuenta que el peso es excesivo, se rompe, y se precipitan al vacío... de un metro de altura. En el mismo plano, se ve la caída sobre el suelo que estaba a un metro de altura. Lamentable. ¿Dónde estaba el peligro? ¿Sabe calcular las distancias Affleck?
Porque yo lo valgo.


Claro que el final feliz apesta a sentimentalismo barato, pero uno ya no podía para de reir y casi no le dio importancia. Solo quería llegar a casa, sentarme ante el ordenador, y recomendaros dos cosas:

-No vayais a ver Paycheck .
-Si un día viene Ben Affleck a venderos una enciclopedia a la puerta de vuestra cas, abridle, es que ha tomado consciencia de sí mismo.


Por cierto, si Philip K. Dick levantara la cabeza, volvería a suicidarse.


5 comments:

SisterBoy said...

En este caso debieron devolver el cheque jua jua jua jua

Que malo el chiste

SisterBoy said...

Sigue vivo!!!! Ahhhhhhhhhhh!!!

Rafael P. said...

Ben Affleck es capaz de joder cualquier película en la que salga, independientemente del director o de l autor de la novela en que se inspire.
Voy a escribir un guión titulado 12 maneras de matar a Ben Affleck.

Unknown said...

¿K.Dick no se suicidió? Pues debería haberlo hecho.


¿de dónde he sacado yo esa información?

Pansete said...

Paycheck es, efectivamente, un mierdo de impresión. Y efectivamente, "Con la muerte en los talones", es groseramente citada: en un determinado momento se ve pasar un vehículo (creo recordar que es un taxi) que lleva un rótulo en la puerta: "North by northwest". Sutil, el chinito...