Tuesday, November 22, 2011

Asesinos de élite, de Gary McKendry


Las pelis de Jason Statham no engañan. Sabes que, si la protagoniza él, va a repartir hostias como panes.
Así ha hecho desde productos de lucimiento exclusivo para él (la saga Transporter) hasta auténticos truños como Blitz. Luego tiene películas inclasificables, como Crank (1 & 2), que son divertimentos de lo más entretenidos, y algunas pelis destacadas como Italian Job o la que ahora nos ocupa, Elite Killer.

¿Qué tiene Elite killer más allá de un título espantoso de videojuego shoot'em up?

Pues más de uno y más dos alicientes.



Para empezar, podría ser muy bien una precuela de la saga Bourne. Por la ambientación (primeros años 80) como por la temática (espionaje, contraespionaje y... asesinatos selectivos). Y porque tiene acción a cascoporro.

No se trata de una historia de disparar y matar, un arcade lineal en la que Statham aniquila todo lo que se le pone a tiro. Sí: sabemos que no se despeinará (porque no puede) para acabar con cualquiera que le tosa. Lo que no sabemos es cómo se las arreglará para hacerlo, y cada coreografía es recibida con un coro de aplausos. La pelea atado a una silla es de antología.

Persecuciones a coche, a pie, por tejados, por autopistas, por desiertos, por cuevas, por despachos; tiroteos, emboscadas, bombas, trampas, traiciones... todo eso y más es Asesinos de élite. Con la presencia de un Robert DeNiro que se lo pasa en grande y un Clive Owen que no sabe cómo sacarse la espinita de no haber sido elegido como el nuevo James Bond.



El ritmo es relativamente pausado, a pesar de la presencia de Statham. No es Crank, ni Transporter. Y es de agradecer que los protagonistas sean verdaderos asesinos. Que cobren por matar, sin importar a quién. Que sí, que tendrán sus dudas, pero que cumplan con su trabajo, sin remilgos por parte del director o el guionista. Que dicen que está basado en una historia real, pues sí, pues vale. Seguramente tanto como Avatar está basado en la colonización de America.

Puede que el personaje del jeque árabe sea caricaturesco. Puede que la peli se resienta un poco cuando en el tercer cuarto nos insinua un (falso) final feliz. En ese punto, cuando uno ya coge la chaqueta para salir de la sala, la peli se alarga muchísimo más (y me gusta lo que pasa, pero psicológicamente no estaba preparado para esa montaña rusa de media hora.

Pero el capítulo de aciertos pesa mucho más que el de defectos en este thriller efectivo, divertido (si te divierte ver a Statham dando leña, que a mi sí) y sorprendentemente imprevisible. Sí, amigos, al fin una película en la que no estoy seguro de qué personajes van a sobrevivir o, en caso de no hacerlo, cómo van a morir.

En fin, muy recomendable para pasar una tarde o una noche de fin de semana.

Nota para los fans de las series: como protagonistas tenemos a unos irreconocibles Lincoln Burrows y Mister Eko.