Sunday, May 01, 2011

Thor, de Kenneth Brannagh


Quizá es problema mío, pero si te pones a inventar todo un mundo, que tenga una lógica interna, una coherencia.
Asgaard, el planeta de donde viene Thor, refugio de los Dioses nórdicos.
Vale.
¿Cuál es su principal actividad económica? Quiero decir: ¿se basan en la agricultura? ¿en la exportación? ¿tienen turismo?
Todos esos rascacielos ultramodernos que dejan a Gaudí a la altura de un bebé con un Lego. ¿Quién trabaja en ellos? ¿Existe una Seguros El Valhalla en la planta 32? ¿Hay un botones en la recepción del hotel? ¿Hay hoteles en Asgaard?

Porque vemos un mundo maravilloso con puentes que brillan, cenas frugales y estrellas a la luz del día, con seres inmortales que llevan existiendo miles de años (y que se reproducen y tienen hijos). Pero no sabemos si hay funcionarios, si hacen censos, si tienen esclavos o les va el comunismo, si existen planes quinquenales o el cultivan sus tierras con barbecho. Ni siquiera vemos sus tierras, más que unas lejanas montañas nevadas. ¿Esquían, en Asgaard? ¿O todo son nobles tratando asuntos de nobles durante toda la eternidad?



Hay otro planeta, el de los gigantes azules del frío o yo que sé. Está repleto de gigantes azules y hace mucho frío. El caso es que por lo visto están muy en guerra con los vikíngos. Una guerra como muy fuerte, muy intensa, muy de odiarse porque sí, que diría Miguel Noguera. Los nórdicos les ganan en un prólogo larguísimo e interminable (algo que ya vimos en El señor de los anillos, pero con Sauron y con más gracia) y les dejan allí, en plan derrotados. ¿Y qué hacen los gigantes azules? Lo dejan todo tal cual quedó en la derrota. Ni reconstruyen ni nada. Piedra sobre piedra, todo hecho un cisco. No se conjuran para recuperarse. No valen nada como civilización: aceptan vivir entre ruinas y sin un techo, con el frío que hace a la intemperie en ese planeta. Miles de años. Sin tele. Sin twitter. Sin una fogata. Incluso tienen un animal gigante, como un Balrog de la nieves, en la sección de ultramarinos. Lo tienen allí, congelado, en carbonita, por los siglos de los siglos. Solo los despiertan cuando los nórdicos vuelven al planeta a molestar. A esa Mallorca antártica dejada de la mano de Dios. De Anthony Hopkins en el papel de Dios.



Y claro, uno se pasa toda la película pensando en esa falta de coherencia interna. Porque el argumento no tiene más. Sabes dónde empieza y dónde acaba, quienes van a ser los malos y quienes los buenos. Y tanto da porque no hay lugar para la sorpresa, solo para el bostezo.

Porque la historia, en resumidas cuentas, es que hay un pueblecito de Nuevo Méjico donde cae un extraterrestre que quiere volver a casa. Que se tira toda la película diciendo mi casa, mi casa. Pero que en lugar de un bicho de un metro de altura de color de heces es un vikíngo rubio y cachas. Y no lo recoge un niño aficionado al ciclismo, sino una chica con un doctorado por la astrofísica. Pero al extraterrestre también le brilla una extremidad cuando se acerca a su anfitriona, aunque no lo veamos en pantalla porque ya no sería una película apta para todos los públicos.



Y representa que nos tiene que importar que:

a) un hombre de hojalata de 15 metros de altura destruya ese pueblo de Nuevo Méjico. Ese pueblo de dos mil habitantes (como se lee en un cartel) pero que cuenta con apenas una veintena de casas. Que tiene una densidad muy alta de población ahí, hacinada en medio del desierto. Mucho borracho y mucho redneck. Mucha endogamia. Pues Thor les tiene que salvar. Y nosotros debemos sentir empatía.
b) El planeta frío. Porque puede correr la misma suerte que Alderaán. Y Alderaán era el planeta natal de la princesa Leia. Lleno de gente alegre y pacífica, que no le había hecho nada al Imperio. Y se lo petaron sin concederle la gracia al espectador, sin que pudiéramos advertirles. Y en cambio tenemos que pasarnos un buen rato de metraje sufriendo por el destino de los gigantes azules. No. Por ahí no paso. 

Y el tema de los amigos de Thor. Esa banda de vividores del Valhalla. ¿Qué son? ¿A qué dedican su tiempo en Asgaard? ¿Por qué son tan paródicos? ¿Por qué parecen Power Rangers del medievo? Y quizá lo que me ha estado carcomiendo más durante todo el rato: ¿un chino? ¿un Dios nórdico chino con acento chino? Un Dios Nórdico immigrante que lleva miles de años viviendo entre ellos y aún no ha perdido el acento? ¿immigrante de dónde? ¿existe una China en Asgaard? ¿está comprando toda la deuda de un sistema económico basado en la supremacía superheroica pero que no se aguanta por ningún lado?



Claro que venden el nombre de Kenneth Brannagh y ya parece que hablemos del hijo de Shakespeare (leyendo la prensa sobre Thor, se diría que Brannagh es más Shakespeare que Shakespeare), y que esto vaya a ser una tragedia profunda, la caída de los Reyes Dioses. Y es quizá de lo peor que ha hecho la Marvel hasta el momento. Que no es un bodrio como aquella Elektra de Jennifer Gardner (worst superhero movie ever). Pero me ha aburrido muchísimo.

Claro que tampoco me hagan mucho caso. Nunca he sido un gran fan de Thor, y tenía mucha hambre en el cine mientras veía la película. Lo que me ha llevado a pensar: ¿tienen restaurantes, en Asgaard? ¿Y cines? ¿cuál es su star system? ¿los blockbusters de los Dioses Nórdicos van sobre gente normal, gente sin superpoderes?