Thursday, October 22, 2009

La culpa es mía (y bien mía)

Lectores, amigos y otros futuros horticultores de gusanos cadavéricos, me place comunicarles que aquí un servidor de ustedes, el Doctor, ha realizado el videoclip del último single de Sergio Makaroff, La culpa es mía, perteneciente al álbum Número Uno (un discazo).

Próximamente seguiremos con más comentarios cinéfilos (tengo en la recámara la maravillosa Moon, la entusiasmante District 9, la sorprendente Terminator Salvation y la cagarruta REC2). Ahora, de momento, siéntense y disfruten (si les gusta) del video.

La culpa es mía - Sergio Makaroff (Número Uno) from Marc on Vimeo.

Saturday, October 17, 2009

Infectados (Carriers) de Álex & David Pastor

El mayor riesgo que puede afrontar Infectados son las expectativas del público que pague la entrada. Tras una campaña promocional enfocada hacia el terror en su vertiente más zombiesca, el espectador se encontrará con un film diferente a lo que los trailers habían vendido.

Todo depende de la predisposición de aquel que se siente cómodamente en la butaca y acepte o no jugar a un juego diferente.

Un juego cruel, duro y más exigente que el que nos vendieron en la tienda.

Infectados es un peliculón de inicio a fin. Los hermanos Pastor nos meten de lleno en una historia apocalíptica sin más explicaciones ni preámbulos que nuestros propios temores. Como en La noche de los muertos vivientes, no necesitan crear antecedentes ni razonar el origen de una plaga que está asolando la humanidad: los personajes ya viven (y conviven y mueren) en ella.

Lo que vamos a presenciar es una historia aislada dentro de una gran Historia que se nos muestra lejana, que podemos componer indirectamente a través de conversaciones y escenarios, de detalles como los carteles en gasolineras e institutos abandonados. No hay televisiones ofreciendo las causas. A lo sumo, un predicador radiofónico que es la prueba viviente (y muriente) que todos estamos condenados. Todo el mundo muere, como dice uno de los personajes del film al inicio.

De pequeño leí La danza de la muerte, de Stephen King. De hecho, es la única novela que me ha producido pesadillas realmente aterradoras. Viendo Infectados, podría bien tratarse de una historia paralela a aquella, un spin off autónomo y sólido, tan desgarrador como la novela de King. No es baladí que el maestro del horror (maestro al menos en sus buenos años, de finales de los setenta a mediados de los ochenta) recomiende ahora fervientemente Infectados. Lo que no es poco.

Pero los hermanos Pastor no se quedan ahí. Han visto cine, y mucho. Y eso se nota en la película. Mad Max, de George Miller, era un western futurista ambientado en un mundo donde la gasolina escaseaba y las bandas de criminales pirateaban por carreteras interminables. Max Rockatansky (antes de convertirse en el nuevo héroe que Tina Turner necesitaba) era el policía/vaquero que primero combatía los locos del canonball y luego montaba en cólera (ese plano del zapato del niño rebotando sobre el asfalto) para iniciar una furiosa venganza. En el inicio de Infectados, el coche robado que conduce el cuarteto protagonista lleva pintado en su capó Road Warrior, que era el mote del personaje de Gibson en la trilogía australiana. Una simple pincelada que nos define el mundo en que nos han metido: un lugar apocalíptico, sembrado de larguísimas lenguas de asfalto, pero a la vez consciente de su ligamen con un mundo real, anterior, que se resisten a perder.

Y he remarcado lo de coche robado porque ese es otro de los aciertos del film. Los protagonistas no son perfectos americanos dispuestos a salvar el mundo. El personajes de Chris Pine (Kirk, en Star Trek, ojo) es un impresentable, el típico gilipollas que nos haría cambiar de acera si nos cruzáramos con él en un callejón oscuro. Así, Infectados desprecia (afortunadamente) el perfil mainstream en el que podría haber caído con un protagonista guapo y buena persona sufriendo por salvar a los suyos y, por extensión, a América. A cambio, nos ofrece un punto de vista diferente y nos plantea ciertos dilemas y puntos de inflexión a través de la dialéctica con su hermano menor, más reservado, en principio más inocente y solidario. Cualidades que se muestran inútiles en un mundo egoista devastado por la pandemia. ¿Qué haríamos nosotros en su situación? ¿cómo reaccionaríamos?

Resulta curioso que el primer largo de los hermanos Pastor sea una road movie sobre dos hermanos y su relación entre ellos. Que los personajes estén tan bien construidos, para ser una ópera prima (aunque Álex ya demostró un talento descomunal con su corto Larutanatural, y me queda por ver Orson, de David), y la historia tenga una idea tan clara de donde viene y a donde va no deja de ser una carta de presentación perfecta y una promesa de futuro esperanzadora.

Un futuro esperanzador que es el que no tienen los protagonistas de Infectados. Porque olvidaos de zombies, de criaturas hambrientas de sangre y de disparos a la cabeza. Los Pastor dejan las cosas muy claras: vivimos en un mundo que requiere sacrificios, y solo nosotros decidimos si vivimos y morimos solos.

El Doctor, flanqueado por Álex y David Pastor.