Sunday, November 25, 2007

Redacted, de Brian De Palma

Quizá la mejor crítica que pueda haber de este film sea el silencio mortuorio que se queda en la sala al finalizar la proyección, con el público clavado en los asientos, los ojos fijos en la pantalla y la boca sin palabras.
Redacted, mensaje político aparte, es quizá la mejor película de De Palma en muchos años. O al menos la más brillante.
Si hasta hoy hablábamos de remakes, con Redacted podemos fijar el concepto de actualización. La misma historia de Corazones de Guerra, transplantada de la jungla vietnamita al desierto iraquí. Un grupo de militares desplegados fuera de casa que, en acto de venganza (acumulación de hastío, cansacio y horror kurtziano) por un hecho concreto violan a una chica de quince años y la matan junto a su familia.


Redacted nos coloca en el prisma de un destacamento de soldados norteamericanos en Samarra con una apuesta fuerte por los nuevas formas de comunicación. Usa el videoblog de uno de los protagonistas, o imágenes de youtube, cámaras de seguridad o un documental francés a discreción para ofrecernos siempre el ángulo más próximo a los protagonistas. Debo reconocer que, habiendo leído antes sobre el film, esperaba algo más rompedor, casi lynchniano, un puzzle incomprensible. Pero De Palma (que durante años fue alumno aventajado) es ya un maestro, y consigue que de esa dispersión de fuentes quede una historia sólida y bien narrada, y además acentúa su perpetuo discurso de la Mirada.

El cine de De Palma es voyeurismo puro. La lucha entre el mirar y el actuar, el ver y el hacer. El personaje de Doble cuerpo que espía a la vecina de un amigo cada noche hasta que la asesinan. El técnico de sonido que capta un accidente de coche y descubre que no lo es. La decisión de Carlito de no volver a la delincuencia, solo de ser un testigo silencioso, que se rompe cuando ve que van a traicionar a su sobrino. En Redacted uno de los soldados admite que grabar, mirar, es intervenir, que el observador puro no existe. Y De Palma, independientemente de su ingenuidad en el propósito del film, actúa como observador y como agente a la par.

Y lo hace con la mochila cargada de cine. Con cuatro perras que ha costado el film consigue adentrarnos en el horror de la guerra (cada vez que digo algo así siento que debería pagar royalties al gran Joseph Conrad). Esa tensa espera en el puesto de vigilancia, ese tedio que solo consigue acumular rencor, ese ser entrenado para matar y tener que esperar y esperar y esperar... Los primeros minutos de película son el perfecto ejemplo de como manejar el suspense, de cómo convertir la cotidianeidad en un peligro permanente. Incluso se permite alguna referencia al imprescindible Sam Peckinpah y su Grupo Salvaje. En la escena del balón de futbol, De Palma nos recuerda una de las máximas que aprendió de Hitchcock: el espectador debe saber que hay una bomba bajo el asiento, pero el protagonista no. Y demuestra que esa lección, si se aplica bien, sigue vigente.

¿Recordais que habíamos quedado que el desembarco de Normandia en Salvar al soldado Ryan era lo más parecido a una batalla que el cine había parido? Pues De Palma, un cineasta con tantos años a sus espaldas como Spielberg, y sin necesidad de demostrar nada, se atreve con los nuevos medios para ofrecernos un cine hiperrealista. No solo hay que aplaudir la valentía de De Palma (como la de los últimos Spielberg), sino tambien sus resultados, sencillamente magistrales.

Como en una obra de teatro multimedia, enfrenta a los carácteres entre si, les da tridimensionalidad e historia, y de la lucha nace la cuestión moral. De Palma se decanta por la denuncia, por hacer pública la sinrazón de la guerra, a pesar de todos los obstáculos. Si colocas a cualquiera en una situación límite como en la que están las tropas desplegadas en Irak, puedes encontrarte con que terminen realizando actos horribles. Posiblemente en su país de origen hubieran terminado cometiendo crímenes similares, parece decir De Palma, pero en el ojo del huracán bélico no les queda otra salida.

Una salida a la esperanza es la que ofrece el personaje encarnado por Casey Affleck (definitivamente no solo el mejor del film, sino muy superior al bobalicón de su hermano), el héroe de guerra a su pesar. El americano ejemplar con las manos manchadas de sangre y la mirada perdida en el desierto para siempre. La voz que nadie quiere escuchar.

1 comment:

SisterBoy said...

No quiero verla doblada asi que estoy esperando a que salgan subtitulos. Me quedo tambien a la espera del comentario de REC